Se ha demostrado que el uso de fórceps en el parto, a pesar de haberse reducido con el tiempo, puede presentar menos riesgos de parto entre los que se incluye el riesgo de lesión cerebral en bebés.

Un estudio de Werner publicado por la revista Obstetrics &Ginecology ha estudiado a mujeres de la ciudad de Nueva York que habían tenido un bebé entre los años 1995 y 2003, demostrando que el uso de fórceps se redujo con el tiempo para llegar al 2% de los partos en el año 2003. 

Cuando los bebés requieren de ayuda para nacer, ofrece menos riesgos el uso de fórceps que el parto por vacío o cesárea. Con los datos obtenidos, se descubrió que los bebés nacidos con ayuda de los fórceps eran un 45% menos propensos a sufrir convulsión que los nacidos por cesárea o bomba de vacío. Sin embargo, los nacidos por cesárea eran menos propensos a sufrir sangrado cerebral (cuyo nombre es hemorragia subdural). A pesar de esto el riesgo de tener estas complicaciones es bajo.

Aumentan las cesáreas sin evidencias de que sea superior a los demás métodos como el uso de fórceps. Pero lo importante es que las mujeres hablen con el médico para conocer las opciones que se tienen para el nacimiento de su hijo antes de empezar el trabajo del parto, y qué sucederá en caso de complicaciones.

Es necesario saber que el uso de fórceps es una opción viable que presenta menos riesgos que la cesárea, por lo que se deben dar a conocer todas las opciones disponibles para la mujer en el momento del parto. ¿Por qué centrarse sólo en la cesárea si existen otras opciones?

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