El parto en el agua o parto acuático es un tipo de parto interesante, un parto más natural en un entorno más íntimo y que la mujer siente que controla más la situación además de sentirse más cómoda.
Para empezar, cuando empiezan las contracciones la mujer se debe sumergir en la piscina preparada a tal efecto o en la bañera con agua a 37 grados en una postura vertical que facilita la expulsión del bebé, y además por medio del agua se disminuye el dolor y relajan los músculos. En muchas ocasiones la dilatación se produce en el agua y la mujer puede nacer en el agua y puede salir la madre en el momento de la expulsión.
Lo ideal es que se realice en la casa, siempre que no se sospeche de posibles complicaciones, ya que el bebé una vez nazca empieza a adaptarse al ámbito familiar, empieza a detectar los olores, los sonidos, no sufre el ambiente de un hospital o centro y se siente más a gusto. Como no se utilizan medicamentos, se reducen las posibles complicaciones por infecciones u otros malestares.
Este tipo de parto ahorra dolor, traumas, ofrece intimidad, más personalidad, más naturalidad y tiempo para la madre; aunque su principal problema suele ser el precio que puede llegar a los 1200 euros según dónde se realice, aunque en Galicia ya hay centros de salud que ofrecen esta variedad, y por su puesto sólo debe aplicarse en partos de bajo riesgo, ya que si hay alguna complicación se debe practicar la cesárea.
Es una buena opción para las mujeres que quieren evitar el dolor y la impersonalidad de otro tipo de parto, pero no es bueno para mujeres con complicaciones que puedan afectar al embarazo.
Yo he tenido el privilegio de parir en el agua de modo natural!
Y en un hospital!! Sin puntos epidural desgarro o sufrimiento fetal. Perfecto!!