La episiotomía es una práctica ya generalizada en la clínica hospitalaria de nuestro país, sin embargo los estudios clínicos demuestran que un desgarro natural siempre tiene mejor pronóstico de cicatrización y con menor dolor que una episiotomía. Un desgarro natural siempre presentará menor necesitad de sutura y menos complicaciones.

El motivo final de estas conclusiones es que cuando un tejido es rasgado de manera natural lo hace siguiendo las líneas de tensión, y al unirse nuevamente, duele menos. Cuando un desgarro es pequeño, suele afectar únicamente a la piel y no a los músculos del suelo pélvico. Cuando este tejido se corta, puede verse afectado alguna de las ramas de un nervio causando muchos dolores tiempo después.

Cuando se lleva a cabo la episiotomía suele darse mayor sangrado que por desgarro natural, dejando a la mujer más débil.

 

Las secuelas de una episiotomía pueden ser:

 

 

  • INFECCIÓN

 

  • PERDIDAS DE ORINA

 

  • PROBLEMAS EN LAS RELACIONES SEXUALES

 

  • CICATRICES

 

  • MOVIMIENTOS DOLOROSOS

 

En el momento del parto, cualquier mujer puede solicitar la manera más natural posible de llevar a cabo el parto. No obstante, será el médico quien valore en cada caso, en la fase de expulsión, si es preferible un desgarro natural o una episiotomía.

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