Tener a un bebé en el propio hogar de los padres es una práctica que era bastante habitual hace varias décadas atrás y que con el paso de los años se ha ido perdiendo, aunque últimamente se está realzando en cuanto a popularidad, especialmente en sociedades desarrolladas.
La pregunta que todos nos hacemos es ¿resulta peligroso dar a luz en casa? Antes de responder con un “sí” o un “no”, debemos considerar varios factores previos.
El primero de ellos es el porqué de esa elección. La mayoría de madres que han alumbrado a un hijo en casa expresan el deseo de padecer un parto más natural y relajado que en un hospital, a la vez que buscan más intimidad en ese momento tan especial.
Pero la verdad es que no todo es tan bonito como parece. Pese a que un parto en casa no suele complicar la seguridad de la madre, para el futuro bebé puede entrañar dificultades varias, y así lo confirma la estadística que dice que un bebé “de hospital” tiene el doble de probabilidades de sobrevivir que otro nacido en el hogar.
Estos últimos datos se han comprobado en varios estudios en EEUU, donde dos de cada mil niños fallecen en alumbramientos en el domicilio, frente a menos de uno de cada diez mil.
La práctica de dar a luz en casa se defiende a partir de dos ideas: la naturalidad del mismo parto y su tradicionalidad.
No obstante, la mayoría de expertos no ve con buenos ojos estas supuestas premisas, ya que no basan su credibilidad en ningún estudio acreditado o experiencia científica.
Volviendo al mayor índice de muertes en bebés que nacen en casa, buena parte de las causas mortales se las llevan los problemas en caso de tener que reanimar al niño y los fallos respiratorios, bien sea por la falta de preparación de las comadronas, bien por no disponer (como es obvio) de todos los utensilios que se pueden hallar en un hospital.
