El masaje es una buena idea como método no farmacológico para controlar el dolor del parto. Es una de las técnicas que se suele utilizar, junto con el uso de pelotas y la ducha de agua caliente o aplicación en la zona lumbar de calor, para ayudar a controlar el dolor del parto.
Una pelota puede ayudar a mover la pelvis de la embarazada. Pero sobre todo, el masaje puede ser una buena idea para controlar el dolor del parto, especialmente si se masajea la cadera y cervicales después.
El masaje mejora la circulación y oxigenación de tejidos, relaja la musculatura y además mejora el estado de ánimo y psicológico de la mujer, todo esto si a la embarazada le gusta la idea del masaje. Además, le ayuda a producir endorfinas que le ayudarán a llevar mejor los momentos de dolor que se producen en el parto y ayudan a sentirse bien, siendo una fuerte de contraestimulación importante.
Otras opciones interesantes de masaje para el parto son el shiatu y el masaje perineal (que se hace en las últimas seis semanas del parto parto).
Para hacer un buen masaje a una mujer embarazada hay que acariciar suavemente el abdomen, sujetarlo con fuerza cuando duele, aplicar masajes circulares y firmes con la palma de la mano en el hueso sacro o parte central de la espalda, apretar y soltar músculos de los hombros y masajear a lo largo de la espalda.
Las mujeres que reciben masajes de su pareja tienen un trabajo de parto más agradable, disfrutan más de la experiencia del parto e incluso pueden tener plazos más cortos, de hecho ya ha sido demostrado este hecho. Cuanto más tranquila esté la mujer más eficiente es el trabajo del parto y mejor la experiencia del parto.