Aunque no es una situación frecuente, afecta a 1 de cada 100 mujeres y es algo que se debe tener en cuenta. El desprendimiento de placenta es una situación en que la placenta se separa de la pared del útero, y esto sucede antes de que se dé el parto, ya sea de forma parcial o total. 

Esto puede dar lugar a una hemorragia que pone en peligro la vida del bebé y la propia madre, y este es el principal signo. Pero sobre todo, cuando se produce, el bebé puede dejar de recibir nutrientes, hormonas e incluso oxígeno.

Suele suceder sobre todo en el tercer trimestre, aunque lo cierto es que puede ocurrir en cualquier momento pasada la semana 20 de gestación.

Si se presenta sangrado vaginal durante el embarazo se tiene que consultar con el médico, aunque si la hemorragia es grande se debe ir urgentemente al médico. Los síntomas suelen ser: sangrado vaginal, dolor abdominal, nauseas, sed, sensación de desmayo, sangre del líquido amniótico, contracciones uterinas y reducción de movimientos fetales.

El desprendimiento de placenta puede darse por tabaquismo, consumo de alcohol y drogas, edad avanzada, presión arterial alta, muchos partos anteriores, aumento de distensión uterina, diabetes u otras, y por supuesto, por un accidente. Por eso mismo, la mujer tiene que cuidase y evitar los malos hábitos por las consecuencias que pueden darse no sólo en la criatra sino también en su propia vida.

No es una de las situaciones más comunes durante el embarazo, pero puede darse así que hay que tener mucho cuidado… y evitar accidentes.

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